sábado, 21 de noviembre de 2009

Los amigos "invisibles" de los niños

En su habitación o en cualquier rincón tranquilo de la casa, el niño o la niña, especialmente si tiene entre los tres y los cinco años, juega y a la vez ‘finge’ que habla con alguien, le enseña sus juguetes, le cuenta cosas de la escuela o de la familia, ríe y mantiene muchos ratos la mirada fija en un lugar concreto de la estancia. Su comportamiento es tan natural, se expresa de una forma tan auténtica, que sus progenitores llegan a a sentir temor, porque todo da la impresión de que, en efecto, hay alguien presente junto al niño, que ellos no pueden ver.

¿Cuántas veces hemos oído hablar de casos similares, o los hemos vivido en nuestro propio hogar? ¿Recordamos lo que hacíamos en los juegos de nuestra propia infancia? Innumerables veces, los padres acuden a consultar a algún psicólogo o psiquiatra infantil; quien, al no encontrar ningún problema especial en el niño, acaba resolviendo que se trata del ‘síndrome del amigo invisible’, que se resuelve de forma natural con el desarrollo del niño y que los padres no tienen porqué preocuparse.

Pero aunque la psicología insista en que ese ‘amigo invisible’ es una fantasía infantil, no puede ni debe descartarse la posibilidad, estudiada y aventurada por muchos investigadores de este tipo de fenómenos, de que la mente de los niños tenga acceso a planos de existencia desconocidos u olvidados por los adultos. Una capacidad que se pierde poco a poco, cuando el niño comienza a ir a la escuela o a progresar en su evolución intelectual.

Sería bueno recordar lo que dijo el filósofo griego Sócrates: “Desde mi niñez me acompaña, por disposición del cielo, un ser casi divino, cuya voz me desaconseja algunas veces de hacer alguna cosa, pero que nunca me insta a realizar algo”.

El físico cuántico Fred Alan Wolf destaca, a su vez, que “los niños tienen la capacidad hasta los cinco años de atravesar otras realidades, y luego se les dice que dejen de jugar con sus amigos invisibles y cosas por el estilo, y cuando llegan a los catorce años han perdido por completo dicha capacidad”.

Nuestra civilización moderna y materialista nos ha hecho olvidar ese ‘mundo fantástico (?)’. Pero los niños, con su inocencia y pureza de espíritu, siguen gozando del don de ver y hablar con gnomos, hadas o duendes… o con sus ángeles de la guarda.

Para ellos es algo tan natural y lógico, que sólo debería producirnos envidia.


Por ello, si frecuentemente encuentras a tu hijo en largas conversaciones, jugando, riendo con alguien a quien tú no ves, no debes preocuparte: es su amigo imaginario. Una persona creada por él, con su nombre y personalidad (o quizás no…) que seguro le va a hacer compañía durante un buen tiempo.

Los niños establecen los límites entre la fantasía y realidad alrededor de los seis y siete años. Antes de esta edad, ellos necesitan de espacio para dar alas a su imaginación, para vivenciar sus fantasías. El amigo imaginario, como ya hemos dicho, puede aparecer en la vida de los niños entre los dos y tres años y puede prolongarse hasta los siete u ocho años de edad. Muchos niños describen a estos invisibles amiguitos, dando detalles de su ropa, de sus juegos y afirmando que realmente existen. Este comportamiento es normal. Para el niño, el amigo existe realmente, y es para él una auténtica decepción cuando percibe o se da cuenta de que sus padres no le creen.

Los amigos imaginarios aparecen sobre todo en hijos únicos, con hermanos mucho mayores que él o antes de ir a la escuela. Normalmente cuando los niños comienzan a participar en actividades sociales con los compañeros de su edad, el amigo imaginario va haciendo visitas cada vez más distantes, hasta llegar a ser totalmente olvidado. Por más que los padres jueguen con el niño, no suplen la necesidad que ellos tienen de relacionarse con sus “iguales”.

Dicen psicólogos y pedagogos que este nuevo universo de superhéroes, de monstruos, de fantasmas, de hadas y de otros amigos, ayuda al niño a crecer y a desarrollar sus emociones y creatividad, y también a expresar sus miedos, sus alegrías, sus inquietudes y sus más profundos deseos. Los niños son conscientes del mundo real, pero a esas tempranas edades todavía les cuesta asimilarlo y aceptarlo tal como es. Por esta razón ellos crean un mundo donde todo es posible, permitido y solucionado. Es la etapa del pensamiento mágico de los niños.

Mejora de la capacidad lingüística

Los padres no deberían preocuparse, ya que los amigos imaginarios son buenos para las capacidades lingüísticas de los niños y hasta podrían mejorar su actividad escolar, según un estudio reciente realizado en Nueva Zelanda y dado a conocer por la agencia Reuters.

El estudio, realizado por la profesora adjunta Elaine Reese y el investigador Gabriel Trionfi, de la Universidad de Otago, y publicado en la revista Child Developement, analizó las capacidades lingüísticas de 48 niños y niñas de cinco años y medio, de los cuales 23 tenían amigos imaginarios o invisibles.

Los investigadores vieron que los niños que jugaban con estos compañeros imaginarios tenían capacidades narrativas más avanzadas que los que no tenían este tipo de amigos. “Debido a que las capacidades de los niños de contar historias son un pronóstico firme de su futura capacidad para leer, estas diferencias podrían tener resultados positivos para su rendimiento académico”, dijo Reese en un comunicado en la página web de la universidad.

Las capacidades lingüísticas de los niños fueron evaluadas midiendo su vocabulario y su habilidad para volver a narrar una historia de ficción a una marioneta, y luego una historia real basada en una salida o un evento familiar. Mientras los niños parecían no tener diferencias en su nivel de vocabulario, aquellos con amigos invisibles contaron historias de mejor calidad, tanto las de ficción como las de eventos reales.

“Lo más importante es que los niños con amigos imaginarios adaptaron sus historias a la tarea asignada. En las historias de ficción incluyeron más diálogos. En las basadas en la vida real, dieron más información sobre el tiempo y el lugar que los niños que no tenían amigos invisibles”, explicó Reese. La ventaja de los niños con amigos imaginarios se dio independientemente de su edad, dijo.

“Creemos que los niños con compañeros invisibles pueden haber obtenido práctica extra contando historias. Primero, creando historias para sus amigos imaginarios. Segundo, como sus amigos son invisibles, los niños quizá hayan vuelto a contar sus aventuras a los adultos interesados”, añadió Reese.

Es un tema muy interesante, prácticamente tema de conversación y de preocupación muchas veces por los padres. Espero poder hecho un buen aporte con esto ;)


DECLARACIÓN DE LOS DERECHOS DEL NIÑO

Aprobada por la Asamblea General de las Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1959

Artículo 1º
El niño disfrutará de todos los derechos enunciados en esta declaración
Estos derechos serán reconocidos a todos los niños sin excepción alguna ni distinción o discriminación por motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento u otra condición, ya sea del propio niño o de su familia.

Artículo 2º

El niño gozará de una protección especial y dispondrá de oportunidades y servicios, dispensado todo ello por la ley y por otros medios, para que pueda desarrollarse física, mental, moral, espiritual y socialmente en forma saludable y normal, así como en condiciones de libertad y dignidad. Al promulgar leyes con este fin, la consideración fundamental a que se atenderá será el interés superior del niño.

Artículo 3º

El niño tiene derecho desde su nacimiento a un nombre y a una nacionalidad.

Artículo 4º

El niño debe gozar de los beneficios de la seguridad social.
Tendrá derecho a crecer y desarrollarse en buena salud; con este fin deberán proporcionarse, tanto a él como a su madre, cuidados especiales, incluso atención prenatal y postnatal.
El niño tendrá derecho a disfrutar de alimentación, vivienda, recreo y servicios médicos adecuados.

Artículo 5º

El niño física o mentalmente impedido o que sufra algún impedimento social debe recibir el tratamiento, la educación y el cuidado especiales que requiere su caso particular.

Artículo 6º

El niño, para el pleno desarrollo de su personalidad, necesita amor y comprensión.
Siempre que sea posible, deberá crecer al amparo y bajo la responsabilidad de sus padres y, en todo caso, en un ambiente de afecto y de seguridad moral y material; salvo circunstancias excepcionales, no deberá separarse al niño de corta edad de su madre. La sociedad y las autoridades públicas tendrán la obligación de cuidar especialmente a los niños sin familia o que carezcan de medios adecuados de subsistencia.
Para el mantenimiento de los hijos de familias numerosas conviene conceder subsidios estatales o de otra índole.

Artículo 7º

El niño tiene derecho a recibir educación que será gratuita y obligatoria por lo menos en las etapas elementales. Se le dará una educación que favorezca su cultura general y le permita, en condiciones de igualdad de oportunidades, desarrollar sus aptitudes y su juicio individual, su sentido de responsabilidad moral y social y llegar a ser un miembro útil de la sociedad.
El interés superior del niño debe ser el principio rector de quienes tienen la responsabilidad de su educación y orientación; dicha responsabilidad incumbe, en primer término, a sus padres.
El niño debe disfrutar plenamente de juegos y recreaciones, los cuales deben estar orientados hacia los fines perseguidos por la educación; la sociedad y las autoridades públicas se esforzarán por promover el goce de este derecho.

Artículo 8º

El niño debe, en todas las circunstancias, figurar entre los primeros que reciban protección y socorro.

Artículo 9º

El niño debe ser protegido contra toda forma de abandono, crueldad y explotación.
No será objeto de ningún tipo de maltrato.
No deberá permitirse al niño trabajar antes de una edad mínima adecuada; en ningún caso se le dedicará ni se le permitirá que se dedique a ocupación o empleo alguno que pueda perjudicar su salud o educación o impedir su desarrollo físico, mental o moral.

Artículo 10º

El niño debe ser protegido contra las prácticas que puedan fomentar la discriminación racial, religiosa, o de cualquiera otra índole.
Debe ser educado en un espíritu de comprensión, tolerancia, amistad entre los pueblos, paz y fraternidad universal, y con plena conciencia de que debe consagrar sus energías y aptitudes al servicio de sus semejantes.